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Un tribunal benefició al represor Miguel Etchecolatz con arresto domiciliario, pero seguirá en la cárcel por otras causas

El ex titular de la Policía bonaerense, de 91 años, continuará detenido en Campo de Mayo, condenado por crímenes de lesa humanidad

Miguel Etchecolatz, condenado por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura, entre 1976 y 1983, obtuvo la prisión domiciliaria luego de varias presentaciones judiciales que le fueron rechazadas. Sin embargo, el beneficio no se hará efectivo porque el represor mantiene otras causas por delitos similares.

La decisión de otorgarle la prisión domiciliaria fue del Tribunal Oral Federal N° 6, con sede en Comodoro Py, en donde los jueces indicaron que la decisión se basó en “consideraciones eminentemente humanitarias, consagradas con máxima jerarquía normativa” a nivel constitucional, ante informes sobre el estado de salud de Etchecolatz, recuperado de coronavirus, quien actualmente tiene 91 años.

Etchecolatz está alojado en el penal de Campo de Mayo, en una celda común, también a disposición del Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata y del Juzgado Federal N° 2 de Lomas de Zamora.

“En los últimos meses ha sufrido un deterioro significativo en su integridad física”, advirtieron los jueces. En el caso de que su salida se concrete, se dispuso la incorporación del represor al “Programa de Asistencia de Personas bajo Vigilancia Electrónica” con una tobillera.

Además, se le prohibió salir del domicilio en el que fije residencia, salvo para estudios médicos y con aviso al tribunal.

Para el caso de que Etchecolatz consiga el beneficio en las demás causas penales, se “requerirá al Poder Ejecutivo Nacional que adopte las medidas necesarias dentro de su competencia para preservar la integridad física del imputado, como de terceros, tanto en el domicilio en que resida como durante los traslados que eventualmente deba realizar por razones de salud”.

El fallo fue firmado por los jueces Sabrina Namer, Néstor Costabel y Rodrigo Giménez Uriburu, quienes fijaron la residencia para Etchecolatz en la casa que tiene en el Bosque Peralta Ramos, en Mar del Plata.

Los jueces se basaron en informes médicos que había ordenado realizar la Cámara Federal de Casación, luego de que el represor contrajera COVID-19, se recuperara y volviera al penal de Campo de Mayo desde su lugar de internación.

“Queremos dejar sentado que somos absolutamente respetuosos de las posiciones de las víctimas y entendemos sus razones para oponerse a esta decisión”, remarcaron los jueces en alusión a la negativa de los querellantes en las causas a conceder el beneficio.

Sin embargo, explicaron, “no podemos soslayar que el deber que tenemos como jueces de la causa -de valorar de manera imparcial la situación personal del imputado a la luz de los informes médicos actualizados y lo que sobre la temática establecen las normas jurídico-penales del derecho internacional e interno-, nos coloca en la obligación de resolver en el sentido que lo haremos y sin perjuicio de la antipatía social que pueda generar esta medida”.

El 10 de septiembre, la Cámara Federal de Casación Penal había rechazado conceder el arresto domiciliario al represor. Etchecolatz había sido derivado al Centro de Enfermedades Infecciosas de la Unidad N° 21 del Servicio Penitenciario Federal, que funciona en el Hospital Muñiz, y el 22 de agosto pasado volvió a Campo de Mayo con diagnóstico “COVID-19 no detectable».

Según se indicó, el contagio se produjo en el pabellón para condenados por delitos de lesa humanidad. El ex jefe de la Policía bonaerense en la última dictadura militar contrajo el virus al mismo tiempo que Jorge “Tigre” Acosta, quien condujo el Grupo de Tareas 3.3.2 de la Escuela de Mecánica de la Armada.

“Las circunstancias apuntadas por la defensa con relación a su contagio de coronavirus para sustentar la concesión del instituto analizado han perdido el sustento razonable”, concluyeron los jueces de Casación.