Sin entrar en el juego de Trump, Biden se afianza como presidente y habla con líderes mundiales
A nueve días de las elecciones, el presidente electo pero no consagrado oficialmente de EEUU, Joe Biden, siguió adelante hoy con su agenda de futuro mandatario de la primera potencia mundial sin esperar ya algún gesto de admisión de la derrota de Donald Trump.
El demócrata habló por teléfono con el papa Francisco y con tres dirigentes de países aliados de Asia, con quienes se comprometió a mantener los pactos de defensa mutua y a restablecer las relaciones, un tanto debilitadas bajo el mandato de Trump.
Biden prefirió así dar una imagen de gestión o de planificación del trabajo a futuro de quien se sabe ganador de las elecciones sin esperar las jugadas que podrían venir desde el campamento republicano, y le dejó la actitud beligerante a sus principales espadas en el Capitolio.
Por ejemplo, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, advirtió hoy a sus colegas republicanos que están «envenenando» la democracia al seguir negándose a reconocer la victoria de Biden.
«Acabamos de tener unas elecciones presidenciales divididas y reñidas», dijo Schumer, y agregó: «Pero en lugar de trabajar para unir al país y poder luchar contra nuestro enemigo común, la Covid-19, los republicanos en el Congreso están difundiendo teorías de la conspiración, negando la realidad y envenenando la fuente de nuestra democracia».
Trump también prefirió hoy dejar de lado sus mensajes altisonantes de Twitter y de alguna manera intentó transmitir que sigue y seguirá al mando del Salón Oval al emitir una renovación de la declaratoria de emergencia nacional, realizada hace 26 años, provocada por la proliferación de armas nucleares, químicas y biológicas de destrucción masiva, anunció este jueves la Casa Blanca en un comunicado.
«La emergencia nacional declarada en la Orden Ejecutiva 12938 con respecto a la proliferación de armas de destrucción masiva y los medios para transportar tales armas debe continuar más allá del 14 de noviembre de 2020», afirmó Trump. «Por lo tanto, continúo durante un año la emergencia nacional declarada en la Orden Ejecutiva 12938».
Cinco días después de que todos los principales medios estadounidenses declararan ganador a Biden basados en proyecciones y resultados oficiales, Trump sigue sin admitir que perdió, en una ruptura histórica con los usos tradicionales de la política estadounidense.
Según analistas políticos, esta podría ser una estrategia para movilizar a la base política de Trump antes de dos elecciones clave de segunda vuelta para los dos escaños del Senado que le corresponden al estado de Georgia, que determinarán qué partido controlará la Cámara Alta.
Varios legisladores republicanos, incluido el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, respaldaron a Trump, quien impulsa una avalancha de demandas judiciales que el partido ha presentado para impugnar la votación.
Schumer dijo que los republicanos están haciendo acusaciones de fraude sin pruebas contundentes de irregularidades sustanciales, cuestión que podría ser parcialmente cierta al menos para el vicegobernador de Texas, Dan Patrick, quien ofreció un millón de dólares a quien o quienes proporcionen pruebas de fraudes o amaño electoral.
Según lo reportado por medios de comunicación texanos y la agencia de noticias Ansa, el político ultraconservador busca así «incentivar, alentar y premiar» a los ciudadanos a que presenten las pruebas de fraudes.
«Apoyo el esfuerzo del presidente para identificar fraudes en las elecciones y su compromiso en garantizar que cada sufragio legal sea contado y cada voto ilegal sea considerado nulo», explicó Patrick, quien en marzo último desencadenó una polémica cuando afirmó que los ancianos habrían preferido morir a causa del coronavirus que permitir a la pandemia dañar la economía.
Mientras tanto, Biden, afianzado luego de nombrar anoche a su jefe de gabinete, y cruzar mensajes con varios dirigentes europeos, se entrevistó con el primer ministro australiano Scott Morrison, el presidente surcoreano Moon Jae-in y el primer ministro japonés Yoshihide Suga.
Durante su conversación con Biden, Suga lanzó una firme advertencia sobre «la situación cada vez más grave en la región en materia de seguridad», según un comunicado de las autoridades japonesas.
Durante los cuatro años de la administración Trump, los aliados de EEUU en Asia dudaron en varias ocasiones de la voluntad del presidente estadounidense de respetar los compromisos adquiridos por Washington en caso de conflicto militar internacional, informó la agencia de noticias AFP.
Al hablar con Moon, el presidente electo habría dicho que la alianza entre Estados Unidos y Corea del Sur constituye el «pilar de la seguridad y de la prosperidad» en la región.
Así, se habría comprometido a colaborar para abordar «problemas comunes» como Corea del Norte y el cambio climático.
Trump planteó retirar a las tropas presentes en Japón y Corea del Sur, donde hay desplegados unos 28.500 soldados estadounidenses para proteger al país de la amenaza norcoreana.
En cuanto al primer ministro australiano, Biden le habría recalcado la importancia de «hacer frente al cambio climático», pues el gobierno de Canberra, conservador, está acusado de no poner en marcha suficientes medidas para combatir ese fenómeno.
En la otra conversación telefónica trascendente del día, Biden recibió las felicitaciones del Papa, a quien el exvicepresidente agradeció «por extenderle sus bendiciones y felicitaciones».
Según un comunicado del Partido Demócrata, Biden le manifestó al pontífice su aprecio por su liderazgo en la promoción de la paz, reconciliación y lazos comunes de humanidad alrededor del mundo.
Fuente: Telam