“¿Quién puede decidir estar en una esquina cuando debería estar estudiando?”
Lo expresó Elena Moncada, de la ONG Mujeres en Actividad, en alusión a la polémica que suscitó el afiche publicitario de Jimena Barón sobre la prostitución. La abolicionista y feminista narró su experiencia y reclamó políticas públicas.
“Fue un acto fallido porque salió bastante mal”. De esa manera, Elena Moncada se pronunció acerca de la publicación realizada por la cantante Jimena Barón en la cual alude al ejercicio de la prostitución. Luego del impacto mediático y las divergencias que despertó el afiche en cuestión entre abolicionistas y defensoras del trabajo sexual, quien sufriera la opresión de proxenetas expresó –en su paso por ATP–: “Lo que más me indignó fue lo de Moria Casán que habló con liviandad de la prostitución cuando tenemos niñas prostituidas en nuestras calles en todo el país, cuando hay mujeres de 60 años que no se pueden jubilar porque, además, somos un país abolicionista –remarcó–. Tenemos un tratado internacional que impide reglamentar la prostitución”.
“Jimena Barón intentó hacer algo con la palabra ‘puta’. Creo que fue mal aconsejada, salió a pedir disculpas, pero el daño ya estaba hecho. Tenemos muchas personas en situaciones horrorosas con tanta violencia naturalizada”, sostuvo la autora de los libros “Yo elijo contar mi historia” y “Después, la libertad” y fundadora de la ONG Mujeres en Actividad. Con respecto al debate suscitado por la publicación de la actriz, Moncada consideró que “hay muchos feminismos”. “Soy feminista, abolicionista y también entiendo que cuando una feminista dice ‘mi cuerpo es mío’ no ocupemos el cuerpo de la otra para decir ‘la prostitución está bien’ y que haya un carné sanitario para los mal llamados clientes que, en mi caso, fueron violadores. No se puede hablar con tanta liviandad de tanta desgracia que les pasa a las compañeras en esta situación de prostitución”, subrayó.
En ese contexto, la activista comentó que junto a la organización se realizan salidas nocturnas “y nos encontramos con niñas de 12, 13 años; ¿quién puede decidir estar en una esquina cuando tiene que estar estudiando? Tenemos un montón de compañeras que buscan a sus hijas e hijos”, planteó y cargó contra el hecho de “hablar desde el privilegio” en alusión a la propia Barón.
Ante la consulta sobre su experiencia personal, la militante relató que fue “seducida y enamorada por un fiolo”. “Después me fui a Buenos Aires, estuve 23 años. Se naturaliza. Si te sacan de un rancho y te llevan a una casa con todas las comodidades, nadie quiere volver al rancho. Después me tomó un proxeneta de Buenos Aires y llegué a tener una deuda altísima con la AFIP por las cosas que ponen a nombre de una. Esta seducción tiene que ver con la trata –reflexionó– porque hay alguien que te lavó la cabeza y te dijo que no servís para nada”. Moncada también regenteó lugares y regresó a Santa Fe “con una mano atrás y otra adelante”.
El momento de quiebre y el “darse cuenta” vino cuando “tocó fondo”, lo cual para ella estuvo atado a las drogas durante 18 años. “Cuando toqué fondo empecé a pensar como sujeta de derecho porque no terminé la escuela, mi madre se prendió fuego y mi tío me violó. Es muy fácil naturalizar la prostitución cuando lo más preciado tuyo te lo sacan a los gritos, no como un deseo, o una decisión o una elección”, enfatizó y cuestionó la falta de políticas públicas para el colectivo a la hora de abandonar la prostitución.