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Impuestos extras, multas y expropiaciones para combatir las viviendas ociosas

Antes de que los países adoptaran medidas al respecto hubo una tarea de concientización respecto de que la existencia de viviendas ociosas representa, inequívocamente, un problema social porque son una traba para que los ciudadanos logren un hogar.

El visto bueno de la ciudadanía de Berlín a una iniciativa para expropiar a las grandes inmobiliarias cientos de miles de viviendas vacías y que una empresa pública gestione los alquileres constituye apenas una de las variantes que el mundo adoptó, aunque centralmente Europa, como mecanismo para afrontar las distorsiones del mercado inmobiliario y las dificultades de enormes sectores para acceder a una casa.

Antes de que los países adoptaran medidas al respecto hubo una tarea de concientización respecto de que la existencia de viviendas ociosas representa, inequívocamente, un problema social porque son una traba para que los ciudadanos logren un hogar.

Está claro que un significativo número de viviendas desocupadas achica el parque de lugares en oferta y eso genera inevitablemente una suba en el precio de los alquileres.

Las medidas sobre la cuestión suelen escapar de la orientación ideológica de los gobernantes
En general, las políticas al respecto pasan por multas o castigos impositivos y, más raramente, por expropiaciones de las casas o departamentos desocupados, aunque en algunas ciudades también existen incentivos desde el Estado para que los propietarios inviertan en acondicionar las viviendas como paso previo a ofertarlas.

Las medidas sobre la cuestión suelen escapar de la orientación ideológica de los gobernantes -Berlín, en manos de socialdemócratas, es un buen ejemplo- y se relacionan más bien con las necesidades habitacionales, sobre todos en las granes urbes.

Fuente
Telam