Francia decreta el toque de queda a las 18 horas en todo el territorio
El Gobierno francés ha decidido generalizar el toque de queda a las 18 horas en todo el territorio nacional a partir del sábado y durante un mínimo de 15 días. La medida, anunciada este jueves por el primer ministro, Jean Castex, se toma para contener la expansión de la pandemia y mientras se están detectando cada vez más casos de la variante británica de la covid.
Castex insistió en que Francia está hoy en mejores condiciones que en otros países y presumió de haber tomado medidas más drásticas antes que vecinos como Gran Bretaña, Italia o Alemania, obligados ahora a ir más lejos. Con todo, el primer ministro admitió que la situación está «controlada pero frágil». Se evita un nuevo confinamiento y se mantienen abiertas las escuelas, donde se efectuarán tests masivos para frenar los contagios.
A partir del próximo lunes se exigirá un test negativo a quienes lleguen a Francia procedentes de países de fuera de la Unión Europea. Además, estas personas estarán obligadas a mantener un aislamiento de seguridad de siete días. Según Castex, se estudia ampliar la obligatoriedad del test negativo a países de la UE, con algunas excepciones -por ejemplo para transportistas y trabajadores transfronterizos- pero eso se decidirá a nivel europeo.
Castex puso énfasis en que el toque de queda a las 18 horas, que ya está en vigor en 25 departamentos, ha sido eficaz contra la pandemia. Hay muchas voces que discrepan. Los críticos sostienen que el toque de queda tan pronto lleva a acumular mucha más gente en las tiendas y en los transportes públicos, lo cual favorece el contagio.
El premier, que compareció en rueda de prensa junto a seis de sus ministros, confirmó la aceleración en el programa de vacunación, cuyo lento arranque ha suscitado muchas críticas. Se mantiene el objetivo de un millón de personas vacunadas para finales de este mes. En la noche del jueves debía superarse el umbral de las 300.000. El ministro de Economía, Bruno Le Maire, prometió nuevas ayudas a los sectores afectados.
El toque de queda y el cierre de locales de restauración y ocio -clausurados en Francia desde hace dos meses y medio- son barreras a la vida social que están teniendo un impacto psicológico en colectivos como los estudiantes. Ellos sufren, además, por las clases virtuales y la ausencia de contacto presencial con los profesores. La ministra para la Enseñanza Superior, Frédérique Vidal, dijo que se han dispuesto muchos mecanismos de ayuda económica a los estudiantes y también psicológica. En la universidad de Lyon, por ejemplo, ha habido ya dos intentos de suicidio en los últimos días, hechos que han desatado la alerta ante el malestar en los centros educativos por una vida estudiantil muy alterada y frustrante.