Francia castigará incluso con la cárcel el maltrato a los animales
La nueva ley prohibirá los delfinarios pero no la caza ni las corridas de toros.
El primer ministro dijo que el país seguía en una «situación peligrosa», y agregó que aún no estaba claro cómo el programa de vacunación alteraría el curso de la pandemia.
La Asamblea Nacional francesa comenzó a discutir ayer una proposición de ley que marcará un antes y un después en la protección a los animales y en el castigo por su maltrato. La iniciativa legislativa, promovida por los tres grupos que componen la mayoría presidencial, prevé incluso penas de cárcel –de hasta cinco años– y 75.000 euros de multa para los casos más graves en los que el maltrato resulte en la muerte del animal y con las circunstancias agravantes de que el causante sea el dueño y lo haya puesto deliberadamente en peligro al abandonarlo.
Los debates parlamentarios se prolongarán en lo que resta de semana. Se trata de un hecho sin precedentes de visibilidad pública para la causa de la defensa de los animales, lo que pone en evidencia un cambio cultural significativo.
Los ecologistas y la Fundación Brigitte Bardot querrían más dureza pero valoran el avance en su causa
El texto que se está analizando y al que se han presentado centenares de enmiendas aborda múltiples facetas del problema: la compra y tenencia de animales de compañía, la fauna salvaje que vive en cautividad y los maltratos propiamente dichos. Los defensores más estrictos de los animales lamentan que en la futura ley quede excluida la ganadería y la cría de animales para el consumo humano, la caza y las corridas de toros.
Se verán afectados, en cambio, los delfinarios y los circos itinerantes en cuyo espectáculo figuren animales. Como ya han hecho otros países, quedará prohibida la compra y reproducción de delfines y de orcas, por lo que los shows con estos cetáceos desaparecerán. Los actuales ejemplares en cautividad podrían ser trasladados a santuarios naturales en aguas costeras de Italia y Grecia.
La proposición de ley ha sido impulsada, entre otros, por los diputados Laëtitia Romeiro Dias y Loïc Dombreva, ambos de La República en Marcha (LREM), el movimiento creado por Emmanuel Macron para conquistar el Elíseo.
Los franceses son grandes amantes de las mascotas. Se estima que poseen 15 millones de perros y gatos. Pero, al mismo tiempo, la tasa de abandono es muy alta.
Para aumentar la responsabilidad y la toma de conciencia de los dueños de animales domésticos, se plantea hacerles firmar un “certificado de conocimiento” en el que acepten sus deberes. Otra de las medidas es levantar el secreto profesional de los veterinarios para que puedan denunciar conductas sospechosas cuando les traen animales a sus consultas. También se quiere crear un fichero nacional de personas condenadas por maltrato animal, que no estarán autorizadas a adquirir una nueva mascota.
Los ecologistas piensan que la proposición de ley no va lo suficientemente lejos, al quedar exenta la caza y las corridas, pero agradecen que al menos se esté avanzando en la buena dirección. Se mostró igualmente a favor la Fundación Brigitte Bardot, que valoró el paso adelante para evitar las compras irreflexivas, si bien criticó que no se proscriba la venta de animales a través de internet.
Es posible que en la exclusión total de la caza haya influido el propio Macron, que durante su mandato ha realizado varios gestos de complicidad hacia los cazadores, quizás para tratar de sacudirse su imagen de urbanita y demasiado desconectado de la Francia rural.