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El juicio de los federicos

Una investigación, que tiene como objetivo probar la corrupción de seis agentes policiales de la Federal y la connivencia con un narco local, entró en una etapa decisiva. Se trata de uno de los eslabones de la larga cadena de hechos que muestran la descomposición de la fuerza.

El fiscal federal Walter Rodríguez pidió la elevación a juicio de una causa que viene investigando hace más de un año.

Se trata del accionar de cinco ex integrantes de la Policía Federal con asiento en Santa Fe, entre ellos el ex comisario Marcelo Lepwalts, por vínculos con un narco identificado como Guillermo Kernc.

La gran mayoría de ellos son oriundos de la provincia de Buenos Aires y uno de la provincia de Córdoba.

El volumen de distribución del narcotraficante no era de gran escala. Su actividad consistía en el traslado de droga entre Santa Fe y Esperanza.

El 4 de abril de 2019 hubo un operativo llevado adelante por la Policía Federal en la intersección de la ruta provincial 70 y la ruta provincial 5, en inmediaciones de Esperanza.

En ese procedimiento se detuvo una camioneta Nissan Frontier, cuyo conductor era el sindicado Kernc. Según consta en las actas (que fueron fraguadas) se lo notó “raro y nervioso y tras una requisa se le encuentran 80 gramos de cocaína”.

Por este motivo, Kernc fue detenido y posteriormente fue puesto en libertad porque el hecho fue calificado como una infracción menor a la ley de drogas, debido a la cantidad incautada.

La investigación llevada adelante por el fiscal Rodríguez determinó que ese operativo fue montado a propósito con el fin de detener a Kernc. Pero también salió a la luz que el narco poseía más cocaína en su poder, que se fraguó el acta para decir que la cantidad era menor y que le secuestraron un teléfono celular.

Kernc pagó $120 mil (según la investigación) para poder salir en libertad y que se falsificara el acta del procedimiento. Cuatro días después de estos hechos, los policías corruptos y Kernc mantuvieron un encuentro en el cual le fue devuelto el teléfono celular y se efectuó un nuevo pago de $120 mil para protección.

El fiscal, antes de esta investigación, venía siguiéndole los pasos a Kernc y justamente los encargados de las pesquisas eran los policías acusados de corrupción. Los policías, evidentemente, decidieron interceptar al narco y tranzar por sus propios medios.

Un mes después de la devolución de las pertenencias de Kernc, se producen allanamientos en su casa y se le encontraron 250 gramos de cocaína, un arma con numeración limada, cargadores y municiones, varios teléfonos celulares, balanzas, precintos y elementos de corte. Todos estos elementos indican que la droga estaba lista para ser fraccionada y vendida.

Simultáneamente, se allanó la sede de la Policía Federal en Santa Fe. En ese procedimiento se detuvo a Marcelo Lepwalts, sino que a otros cinco efectivos policiales. En ese procedimiento se encontraron más de 80 bochas de cocaína en su oficina, todas fraccionadas. Se presume que esa droga es la que le “robaron” a Kernc.

“El sucesor”

Vale recordar que el que siguió en el cargo al caído en desgracia Lepwalts fue el comisario Mariano Valdés, cuya historia se hizo conocida por dispararse un balazo en la pierna en la autopista Rosario – Buenos Aires.

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