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Coronavirus: por qué China mantiene su objetivo de no registrar ninguna infección de covid-19

En todo el mundo la gente se está acostumbrando a la vida después del encierro, con vacunas que hacen el trabajo pesado contra la covid y el levantamiento progresivo de las restricciones. Sin embargo, en China, donde comenzó la pandemia, sigue habiendo una dura política de eliminación del virus.

Una persona entra en un hotel de cinco estrellas para preguntar brevemente por una dirección y acaba en cuarentena durante dos semanas porque un huésped allí tuvo contacto con el coronavirus.

Un miembro de la tripulación de un tren de alta velocidad tiene una relación estrecha con alguien infectado y los vagones llenos de pasajeros son puestos en cuarentena para realizar pruebas masivas. En Disneyland de Shanghai 33.863 visitantes tienen que someterse repentinamente a pruebas masivas porque un visitante del día anterior resultó positivo.

Bienvenidos a la vida del país que tiene como único objetivo volver a los tiempos de cero covid.

China fue el primer país en imponer restricciones para combatir esta pandemia y será uno de los últimos en suavizarlas.

Estación Chaoyang Railway de Pekín

Le pregunté a una mujer si China debería abrirse más rápido y me dijo que sería mejor esperar hasta que la pandemia se resuelva adecuadamente «porque la seguridad es lo primero».

Otra, que se dirigía a su casa desde el trabajo, me dijo que por el bien de la estabilidad social sería mejor mantener los cierres, pues el virus no ha sido entendido del todo y probablemente las vacunas mejoren.

Hasta hace poco, otros países como Australia, Nueva Zelanda y Singapur también reaccionaban a cada brote del coronavirus como algo que había que erradicar por completo en la comunidad, ordenando el cierre de ciudades enteras hasta que el virus dejara de propagarse.

El objetivo era llegar a cero transmisiones locales.

No obstante, dos cosas cambiaron este enfoque: una fue la aparición de la variante Delta, mucho más difícil de controlar; y, la segunda y más importante, fue alcanzar altos niveles de vacunación.

Las altas tasas de vacunación significan que la gente puede seguir contrayendo la covid-19, pero sin tener que ir al hospital.

Como resultado, las fronteras de otros países se están abriendo a los viajes internacionales, mientras que en el gigante asiático los visados para extranjeros siguen siendo difíciles de conseguir y a los chinos todavía no se les renueva el pasaporte una vez caducado.

En otros lugares, la gente también «vive con el virus». En China no, pues el país está concentrado en eliminar otro brote de Delta con el mismo celo que antes de la vacuna.

Si las cifras oficiales son exactas, se han registrado más de 1.000 transmisiones localesdesde octubre.

Y aunque el número no es tan alto, la propagación es significativa y se extiende a 21 provincias. Esto es importante porque incluso un par de casos en China desencadenarán las mismas medidas estrictas que cientos o miles de nuevas infecciones.

Ni una sola infección es aceptable
Las autoridades no han mostrado ninguna intención de cambiar ese enfoque, a pesar de que algunos científicos chinos instan a un replanteamiento del mismo.

Uno de ellos fue el profesor Guan Yi, virólogo de la Universidad de Hong Kong y asesor del gobierno, quien pidió que se pase de las pruebas masivas de ácido nucleico (que detectan las infecciones) a las pruebas masivas de anticuerpos (que podrían ayudar a los científicos a comprender la eficacia de las vacunas).

En una entrevista concedida a Phoenix TV, el científico afirmó que, a largo plazo, no hay ninguna posibilidad de que la estrategia de «cero covid» funcione en términos de lograr una eliminación completa.

«El virus es permanente ahora», dijo. «Es lo mismo que la gripe, que circulará entre los humanos durante mucho tiempo».

Fuente
BBC