Santa Fe

Conicet: advierten que un filtro UV en protectores solares podría ser perjudicial

Un comité internacional seleccionó una investigación del Conicet como insumo para pedir que se reglamente el uso de BP-3 en cosméticos y protectores solares.

Un equipo científico del Instituto de Salud y Ambiente del Litoral (Isal/Conicet-UNL) y la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB-UNL) demostró que un filtro de radiación ultravioleta UVA y UVB que está presente en algunos protectores solares podría provocar daños a la salud.

En diálogo con el programa Ahí Vamos (de 9 a 12 por FM 106.3 La Radio de UNO) el investigador del Conicet y líder del equipo de investigación, Horacio Rodríguez, explicó el objetivo de este trabajo: “Nos aplicamos muchas veces estos protectores con la idea asumida de que es algo que no tiene ningún efecto y nosotros lo que hicimos fue poner un signo de interrogación sobre esta presunción, y seguiremos investigando para tener más evidencia a favor o en contra de esto”.

El trabajo demostró que un compuesto, llamado Benzofenona 3 o BP-3 y presente en muchos protectores solares, provocaría el retraso de crecimiento intrauterino y alteración en la proporción de sexos. Así lo explicó el científico: “Nuestro trabajo fue hecho con un filtro solar, es decir, una de las sustancias que se usa habitualmente como filtro para protegernos de la radiación ultravioleta”, y aclaró que no es la única que se utiliza para este fin, pero se interesaron en esta sustancia en particular por los trabajos previos que indicaban esa posible capacidad de afectar algunos procesos biológicos.

“Mostramos en un modelo animal de gestación (en ratones) que cuando a las hembras preñadas se le administra ese filtro solar por la piel, en una cantidad similar a la que usamos cuando nos lo colocamos en el cuerpo, produce el retraso en el crecimiento de los fetos que están en desarrollo”, detalló Rodríguez. “Varios de los fetos crecen normalmente pero algunos en un porcentaje significativo tienen un crecimiento o un desarrollo atrasado por este compuesto. Lo administramos por piel y medimos después si atraviesa la piel y si aparece en sangre, y eso es así”.

El especialista contó que este experimento se realizó en colaboración con el laboratorio de Química Analítica de la Facultad, a cargo de la doctora Julia Culzoni. “Pudimos medir y detectar que estaba presente en el líquido amniótico que baña al embrión, es decir, que la sustancia puede atravesar la barrera placentaria y estar en contacto directo con el embrión al menos durante el período que dura la aplicación”.

Fuente
Uno Santa Fe