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Casa Cuna: Otro abuso desnuda el descuido de la niñez

El matrimonio Di Terlizzi – Istillarte contó su experiencia en la gestión del hogar y la puja con el área de niñez. Hoy un caso que investiga la justicia vuelve al centro de la escena el desempeño del estado en estos temas.

La denuncia de abuso con acceso carnal a un menor alojado en Casa Cuna, por parte de un empleado de esa institución sigue investigándose en la Justicia.

Mientras tanto, el imputado está preso y seguirá en esa condición.

Los hechos que se investigan se produjeron entre septiembre de 2017 y febrero de 2019.

El individuo atacaba sexualmente uno de los niños que debía cuidar y luego lo amenazaba para que no contara lo que estaba sucediendo.
Recién cuando el menor fue trasladado a otra institución pudo narrar lo sucedido.

Sobre este tema en particular, pero sobre la situación del cuidado de la niñez que brinda el estado, se refirieron Rodolfo Di Terlizzi y Sandra Istillarte, titulares de la Asociación Niños Visibles.

Ambos, fueron directivos de Casa Cuna, en diferentes períodos y en diferentes lugares.

“Comenzamos como familia colaboradora, estuve en la vicedirección desde 2012 a 2014, Casa Cuna era una institución que se venía abajo”, resumió Istillarte.

Mencionó que los niños convivían con un montón de falencias en alimentación, vivienda, educación, salud. “Muchas cosas fueron cambiando, pero también se fueron identificando los problemas reales y de fondo que no sólo tiene el hogar Casa Cuna sino todas la instituciones que contienen a estos niños de situaciones tristes y que día a día los revictimizan”, sostuvo.

En cuanto al caso de abuso que se investiga por estos días, dijo que “no es una situación que me tome de sorpresa, me movilizó mucho, es una de las cosas que salió a la luz, son cosas que habitualmente se tapan, total es un niño institucionalizado, que no tiene quien lo defienda”.

“una de mis prioridades fue instalar 16 cámaras en diferentes lugares, no sólo para seguridad, sino en lugares internos, porque había agresión de los empleados, aunque no de todos”

En referencia a la víctima, enumeró que “era un chico traumatizado, que se escapó, lo tomó otra institución, lo quisieron volver a Casa Cuna, pero el chico se reusaba porque había alguien adentro que lo estaba abusando”.

Sandra recordó que en el momento el que ella participó de la gestión “la subsecretaría de la Niñez vetó la instalación de cámaras porque invocaba la integridad del niño”.

Rodolfo Di Terlizzi recordó parte del caso que los llevaron a ser reconocidos en la sociedad por ser el matrimonio que peleó por la tenencia de dos hermanas, que finalmente pudieron adoptar. “Fue terrible, una pesadilla con final feliz, nos sirvió como familia”, dijo.

“Coincidimos con Sandra que si mirábamos al costado, sabiendo lo que estaba pasando éramos cómplices de la situación”, argumentó.

“Debe haber más abusos y nadie se enteró, porque el eje es el mismo, no se cumplen los plazos de una ley perfecta, los chicos no pueden estar más de seis meses en una institución”, sostuvo Di Terlizzi.

“En Casa Cuna actualmente hay 66 chicos, cuando nosotros estuvimos ejercíamos presión para que no se alojaran a más de 25 o 30 chicos, es un sistema carcelario, están hacinados como ganado, es inconcebible”, insistió.

Recordó el caso de un grupo de hermanos que estuvieron alojados en el hogar nueve años. “Entonces después que se rasguen las vestiduras y desde diferentes estamentos se pregunten porqué los chicos tienden a escaparse de los hogares y salir a delinquir, contrariamente los que están delinquiendo son los funcionarios que tienen todas las herramientas, presupuestos, equipos interdisciplinarios para tomar decisiones correctas en tiempo y forma”.

Por último sostuvo que “tienen que implementar nuevas medidas y políticas de niñez para que no se excedan los plazos, y el Ruaga (Registro de Adoptantes) debe funcionar como corresponde, no pueden estar tan inconexas las partes, todos se echan la culpa, pero no hay culpables”.

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