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Gran Bretaña: Boris Johnson se anotó un primer triunfo con la ley que modifica el Brexit

El controvertido proyecto que cambia partes del acuerdo recibió una primera aprobación parlamentaria, a pesar de la rebelión de algunos diputados conservadores contra el primer ministro.

La enorme rebelión en el partido conservador para derrotar la reescritura del acuerdo de divorcio entre Gran Bretaña y la UE no alcanzó en la noche del lunes para que el primer ministro fuera derrotado en la Cámara de los Comunes en su primera votación de la segunda lectura de la ley de mercado interno.

Por 349 votos contra 213 votos fue derrotada la moción de que esta ley no debe ser tratada porque la viola la ley internacional. La mayoría fue de 16, cuando oficialmente el primer ministro cuenta oficialmente con una mayoría de 80 diputados. Muchos de ellos votaron contra él. En un segundo voto, Johnson ganó por 320 a 263, con una mayoría de 77 votos, para reescribir algunas partes del acuerdo de divorcio con Gran Bretaña.

Pero el debate con enmiendas continuará el martes y miércoles. La suerte de la ley será decidida por la Cámara de los Lores, donde puede ser fácilmente derrotada. El alcance de la revuelta fue amplia: el ex chancellor de las finanzas conservador de Boris, Sajid Javid, se opuso a apoyarlo “porque viola le ley internacional”.

“No es claro para mí porque es necesario para Gran Bretaña quebrar la ley internacional. Yo lamentablemente no apoyaré la ley del mercado interno sin enmiendas”, anunció Javid, cuya postura da una idea del peso de la rebelión que enfrenta el primer ministro y su asesor, Dominic Cummings.

Las enmiendas

El “Speaker”, Sir Lindsay Hoyle aceptó la enmienda laborista, que fue votada a las 10 de la noche hora británica. Ella admite que “Gran Bretaña ha abandonado la UE, llama al gobierno a mantener negociaciones por un acuerdo de libre comercio con la UE, reconoce que una legislación es requerida para asegurar el efectivo trabajo de los mercados internos en Gran Bretaña, pero declina dar una segunda lectura al proyecto de ley de mercado interno porque esta legislación mina el acuerdo ya acordado con el Parlamento, reabre las discusiones sobre el protocolo de Irlanda del Norte que ya se ha establecido, quiebra la ley internacional”.

Con aire cansado y sin su habitual espíritu, el primer ministro Boris Johnson inició el debate. Dijo que la ley era “esencial para garantizar la economía y la integridad política de Gran Bretaña”. Acusó a la Unión Europea de “hacer largas y extremas interpretaciones” de la legislación del acuerdo de divorcio con Gran Bretaña. Sugirió que rechaza enlistar a Gran Bretaña como tercer país para la venta de alimentos. Esto significa, según su interpretación, no podría ser vendido en Gran Bretaña. “Esto constituye un bloqueo”, según él.

Sir Bob Neil, el presidente Tory del Comité de Justicia, dijo que había procedimientos en el acuerdo de divorcio firmado con la UE “para resolver disputas”. Sugirió que era mejor utilizarlos antes para Gran Bretaña e iba a proteger la reputación del reino, en duda con esta nueva legislación. Boris insistió que había otras avenidas porque la UE estaba dispuesta a utilizar el protocolo de Irlanda del Norte, que se mantiene en el mercado único europeo, de “una manera absurda”.

Según su visión, significaría “colocar tarifas del 90 por ciento sobre la carne escocesa yendo a Irlanda del Norte” y ningún Parlamento británico aceptaría esto.

Cuando el procurador general de justicia Jeremy Wreight le preguntó a Boris “qué había cambiado para no obedecer la ley doméstica ni la internacional”, el primer ministro respondió que no deseaba usar estas medidas. “Son una póliza de seguro”, argumentó. Porque él debe asegurar” el respeto de la integridad del territorio”. Wreight se mostró “profundamente perturbado” por lo que escuchaba.

Boris contra Miliband

En un día histórico, el jefe laborista Sir Keir Starmer debió sumergirse en cuarentena por el coronavirus. Resucitó al ex líder laborista Ed Miliband, que acorraló a Boris como jamás lo hizo cuando comandaba el partido. Intimó al primer ministro a que explicara cuáles clausulas violaban el mercado interno para que el decidiera reescribir el acuerdo con la UE. Boris se quedó mudo y luego, se fue furioso del debate de la Cámara de los Comunes, porque había sido humillado.

Como todos saben, no es un hombre de detalles. Fue reemplazado por el ministro y ex periodista Michael Gove.

“El gobierno debe rechazar esta ley. Es un momento esencial para el país. Nosotros debemos defender lo que importa: nuestro compromiso con las reglas de la ley. Johnson es un arrogante sobre nuestras tradiciones y la ley internacional. Por eso es porque esta ley debe ser derrotada”, dijo Miliband en su alegato, que fue un modelo para aquellos que quieran saber cómo se elabora un discurso parlamentario.

El ex primer ministro David Cameron se convirtió en el quinto premier en expresar su preocupación porque “la ley de mercado interno”, con la que pretenden reemplazarla, viola la tradición británica de respetar el estado de derecho, que la nueva legislación admite abiertamente que lo hace. El objetivo del gobierno de Boris Johnson es sentar las bases para una partida sin acuerdo de la UE.

Cameron se sumó a los ex primeros ministros conservadores Theresa May, John Major, el laborista Tony Blair y Gordon Brown, en expresar su preocupación con la decisión de Boris Johnson y su asesor, Dominc Cummings, de reescribir el tratado de divorcio, que su propio gobierno aceptó. Pero pone en riesgo la paz en Irlanda del Norte, al imponer de facto una frontera entre Irlanda del Norte y el sur.

La consecuencia inmediata puede ser que Irlanda decida unirse entre el norte y el sur y la ley acelere la desintegración del reino.

Boris Johnson quiere que sea “ una discreción de los ministros británicos” otorgar “ayuda estatal a los bienes” que pueden atravesar la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda , a la que convierte en un borde verdadero, que evita el actual acuerdo. Su decisión desestabiliza la tan difícil paz conseguida en el acuerdo del Viernes Santo, tras una guerra civil religiosa que dejó 3.200 muertos en el Ulster.

Pero por, sobre todo, la decisión viola la legislación internacional y mina la credibilidad de estado de derecho británico, que es la base de su fundación. La UE considera que el acuerdo del Brexit es “inmodificable” y amenaza con sanciones y llevar el caso a la Corte de Justicia Europea.

Los problemas de Boris

El otro problema bde Boris es la confianza de su partido conservador en su gobierno. Es nula y les preocupa la segunda ola de Covid que se acerca y su falta de managment y un desastroso fin de Brexit, con un futuro incierto para el reino. Nadie descarta entre los diputados un voto de confianza contra Boris antes del receso parlamentario de Navidad.

El proyecto de ley enfureció a la UE, que amenaza con sanciones financieras y económicas, además de llevar a Gran Bretaña a ña Corte de Justicia Europea. Incluso podría haber un bloqueo alimentario de productos británicos en la UE porque no hay acuerdos sobre los estándares sanitarios y fito sanitarios de los productos británicos.

La decisión británica de violar la legislación internacional va a afectar la credibilidad del reino pos Brexit de conseguir los acuerdos de libre comercio que estaba buscando. El congreso americano ya le ha advertido que no pasarán si ponen en riesgo la paz en Irlanda del Norte.

Fuente: Clarín

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