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El primer test electoral de la era Covid en Italia, una prueba de fuego para Conte

En el primer test electoral de la era Covid-19, poco más de 46 millones de italianos fueron convocados a votar entre hoy y mañana para un referéndum sobre un drástico recorte del número parlamentarios y para renovar las autoridades de 7 regiones y 962 comunas.

Con la pesadilla del coronavirus aún latente -tanto es así que hubo problemas para reclutar a autoridades de mesa-, la cita electoral podría tener serias repercusiones en la estabilidad del gobierno de Giuseppe Conte si la derecha conquista la Toscana, bastión histórico de la izquierda, donde se libra una batalla cabeza-cabeza. También hay incertidumbre por lo que pasará en Puglia, mientras que en otras regiones como Véneto y Liguria se espera que gane cómodamente la oposición de centroderecha, que se presentó unida. Se vota asimismo en el Valle d’Aosta, donde no se elige en forma directa al gobernador porque tiene un estatuto especial.

Es en la Toscana, región desde siempre «roja», pero que en los últimos años fue perdiendo en manos de la centroderecha ciudades como Pisa, Arezzo, Grosseto y Siena, donde el gobierno se juega al todo o nada, según analistas.

Allí, si la joven Susanna Ceccardi, candidata de la derechista Liga de Matteo Salvini, de 33 años, llega a ganarle a su rival de centroizquierda, Eugenio Giani, poco carismático referente del Partido Democrático (PD), que tiene casi el doble de años, podría ocurrir una verdadera hecatombe para el gobierno. Este se basa en una precaria coalición entre el PD y el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5E), que a diferencia de la oposición, no se presentaron juntos en la votación, en un fiel reflejo de su extraña alianza. Para el PD, que según los sondeos retendrá la región de Campania (cuya capital es Nápoles) y espera hacer lo mismo con Puglia y las Marcas, perder la Toscana significaría un golpe psicológico tan fuerte que tendría repercusiones en el gobierno, que para algunos incluso podría caer.

Aunque Conte suele decir que el valor de esta cita con las urnas es sólo local y no nacional e incluso selló un pacto con Nicola Zingaretti, líder del PD, para seguir unidos, pase lo que pase, si la centroderecha ganara 5 a 1 -es decir, además de retener el poder en el Véneto y Liguria, acapara Toscana, Puglia y las Marcas-, el efecto sería totalmente desestabilizador, con la oposición llamando a elecciones anticipadas.

Con un triunfo de la derecha 5 a 1 -el gran temor del oficialismo-, en efecto, Zingaretti quedaría en el banquillo de los imputados, arrastrando consigo a la alianza de gobierno con Conte.

En este marco, la probable victoria del Sí en un referéndum que confirmará un drástico recorte de parlamentarios y que no necesita de quórum alguno, le dará oxígeno al M5E y al gobierno Conte, considerado cercano a esta agrupación. Cuestionado por muchos constitucionalistas, el inédito recorte significará pasar de 630 a 400 diputados y de 315 a 200 senadores; también el número de parlamentarios electos en el exterior se achicará: los diputados de 12 bajarán a 8 y los senadores de 6 a 4. El PD llamó a votar por el Sí, aunque no muy convencido porque reclama al mismo tiempo una nueva ley electoral. Y muy divido internamente, con grandes referentes del partido, como por ejemplo, Romano Prodi en favor del No.

La reducción de la «casta» política fue siempre el caballito de batalla de los grillini -por el creador del M5E, Beppe Grillo-, por lo que una victoria muy amplia del Sí significará también aire para el actual canciller y líder del movimiento, Luigi Di Maio. Sin embargo, habrá que ver qué pasa con su partido, que se encuentra en fase de desintegración. Pese a haber triunfado en las elecciones de 2018, el M5E perdió consenso con su alianza con la ultraderechista Liga de Salvini, en una experiencia de gobierno liderada también por Conte que duró apenas un año, marcada por terribles peleas internas y fuertes choques con la Unión Europea (UE).

De haber resultados desestabilizadores para el gobierno, hay quien cree que en el corto plazo cobrará peso el papel desempeñado hasta ahora por Conte, un abogado desconocido y sin experiencia que gracias a la pandemia se reforzó. De hecho, Conte demostró gran liderazgo ante la emergencia e incluso, pese a la fragilidad de su coalición, logró que la UE acordara darle fondos extraordinarios a Italia para ayudarla a salir de una crisis económica sin precedente. Al respecto, resultaría alarmante en Bruselas que volviera a levantar cabeza una centroderecha populista y euroescéptica.

En la última jornada del verano, con temperaturas aún altas como para ir a la playa, tal como se esperaba, tanto por el miedo al contagio como por falta de pasión luego de una campaña electoral aburrida, la afluencia a las urnas fue baja. Según datos parciales del Ministerio del Interior, para el referéndum a las 19 había votado el 30%. Aunque se podía votar hasta las 23 y mañana lunes, de 7 a 15, justamente para evitar aglomeraciones.

Votar por primera vez en tiempos de Covid-19 fue una experiencia nueva. Los electores italianos tuvieron que medirse la temperatura antes de salir de casa y equiparse no sólo de documento electoral y cédula de identidad, sino también de barbijo. En el asiento electoral, tuvieron que higienizarse las manos tres veces (al ingresar y antes y después de votar) y bajarse el barbijo, manteniendo dos metros de distancia, al ser interpelados por las autoridades de mesa, que debieron controlar la identidad de los enmascarados antes de ingresar al cuarto oscuro.

Unas 1820 personas en aislamiento domiciliario o cuarentena, como por ejemplo el expremier, Silvio Berlusconi -que tuvo el virus y fue dado de alta el lunes pasado-, tras un pedido, pudieron votar a domicilio.

Fuente: La Nacion (Elisabetta Piqué)