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Detuvieron a un directivo de Vicentin S.A navegando por el río Paraná

El yate escoltado por el barco de Prefectura

La Prefectura Naval de Rosario detuvo a dos personas en un yate que navegaba por las aguas del río Paraná. Una de las personas sería un directivo de Vicentin S.A.

El lujoso yate lleva por nombre “Champagne” y pertenece Gustavo Nardelli, directivo de la empresa aceitera. Se trata de la empresa que solicitó y accedió a un crédito multimillonario del Banco Nación y que luego se llamó a quiebra.

La detención ocurrió en el kilómetro 417 de lo que se conoce como Paraná Viejo. A La causa penal por el incumplimiento de la cuarentena la está llevando adelante el juez federal Marcelo Bailaque.

El yate habría salido a navegar el pasado miércoles 18 cuando todavía no había sido declarada la cuarentena obligatoria a través del decreto nacional 297/2020, pero cuando regían medidas preventivas y la situación de público conocimiento era inminente. Desde el club, le recomendaron que no saliera y le advirtieron que si la hacía no volviera hasta después de la reclusión.

Pero Nardelli hizo caso omiso y este lunes al mediodía Prefectura recibió la orden de buscarlo por parte de la Justicia federal, debido a que ahora no está permitida la navegación de embarcaciones particulares. De acuerdo a lo que informaron fuentes de la fuerza, al empresario se le podrían imputar los delitos de «desobediencia y atentado contra la salud pública». El barco en cuestión fue visto en el Paraná Viejo.

Según el parte oficial de Prefectura Naval, el barco guardacostas «Golfo San Matías» interceptó al yate de Nardelli y los efectivos lo abordaron. En ese momento, el barco «Champagne» se encontraba fondeado en el kilómetro 426, sobre la margen izquierda del Paraná.

Detuvieron a dos personas a bordo del yate, entre ellas al empresario Gustavo Nardelli, quienes se encontraban navegando desde el jueves en desobediencia al DNU N° 297/2020 de “aislamiento social preventivo y obligatorio”.

El Juez del Juzgado Federal N°4 de Rosario, Marcelo Bailaque,, instruyó que se los notifique que se encuentran en falta acorde los artículos 205 y 239 del Código Penal de la Nación y se proceda al secuestro de la embarcación, en cumplimiento de los procedimientos preestablecidos ante hechos de esta características.

En tanto, Rowing permanece cerrado y a los dueños de los barcos se les permite ir una hora por día para revisar que esté todo bien con los mismos. Sin embargo, dijo una fuente del club, la mayoría no lo hace, «solo los que tienen algún problema, como alguna entrada de agua que los obliga a realizar tareas de achique».

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